Era estudiante Babalucas. Le dice a un compañero: "Nunca puedo recordar el nombre del coseno. Se me olvida siempre, no sé por qué". "Haz lo que yo -le recomienda el otro-. Pienso en un seno femenino; le pongo la partícula co- y así me acuerdo: coseno". En la clase pregunta el profesor: "¿Qué nombre recibe el seno del complemento de un ángulo o arco?" Y grita desde su asiento Babalucas: "¡Cochiche!"..
El perro de la casa roncaba sonoramente. La señora le preguntó a un veterinario qué podía hacer, pues los ronquidos del perro la despertaban de continuo. El médico le indicó que le amarrara al can un listón rojo en los dídimos o compañones. Esa misma noche la señora siguió la recomendación, y el perro, en efecto, dejó de roncar. El marido de la señora había llegado bien borracho, y después de tumbarse en el lecho roncaba como rinoceronte. Ella pensó que si el remedio había funcionado en el animal también en su marido daría resultado. Le ató un listón azul en la misma parte, y el señor dejó de roncar. Al día siguiente, el hombre se vio el listón, y vio el que traía el perro. "Fido -le dijo-. No sé dónde estuvimos ayer, pero yo saqué el primer lugar, y tú el segundo"...
Le pregunta una muchacha a otra: "¿Qué es lo primero que haces después de tener sexo?" Responde la otra: "Me paso otra vez al asiento delantero del coche"...
sábado, 27 de diciembre de 2008
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