Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de amigos, sin ningún aviso dejo de participar en sus actividades.
Después de algunas semanas, un amigo de aquel grupo decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
Después de algunas semanas, un amigo de aquel grupo decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.



Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas entorno de los troncos de leña que ardían.


El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto.
Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que solo hubo un brillo momentaneo y su fuego se apagó de una vez.

Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos.



Regresaré al grupo de Amigos que también me hace.

A los miembros de un grupo
vale recordarles
que ellos formán parte de la llama
y que lejos del grupo
pierden todo su brillo.

que ellos son responsables
de mantener encendida la llama
de la AMISTAD en cada uno de los
miembros y de promover la reunión
entre todos ellos, para que el fuego
sea realmente fuerte, eficaz y duradero.
¡¡¡ QUE TENGAS UN FELIZ DÍA!!!
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