martes, 27 de octubre de 2009

Rocio

No hay nada más permanente que el cambio y el blog de los Muchochos no es la excepción, esta vez hemos invitado a Rocio para que le de un toque femenino a los temas que desarrolle y deje de ser el blog de Oscar; estoy seguro que va a tener buena aceptación por parte de nuestros seguidores. En breve la tendremos en estas páginas, por lo pronto se las presento en foto.

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Estimado Oskar:

Me gustan las novedades, pero no seas díscolo: le damos a Rocío la bienvenida de antemano pero, también dinos más de ella para conocerla y estimarla mejor.

Adelante con las novedades.

Un abrazo y

SHALOM

Enrique Ortega

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Apreciables muchochos:

Hace unos años, cuando apenas era yo una jovencita tomaba la asignatura de Lectura y Redacción con un profesor que me cautivó, no era guapo, ni atlético, tenía una gran boca, gesticulaba casi con exageración, comenzaba su clase muy puntual y yo corría para no llegar tarde, tenía que caminar por una zona empedrada, la cual con la prisa me parecía interminable, mis zapatos quedaban muy raspados y los tacones pelados, !todo valía la pena, con tal de no perderme nada!; lo que él tenía era "El Don de la Palabra".

Un día haciendo un ejercicio en clase, dispuso las butacas en círculo y él se sentó como uno más del grupo que entonces tendría unas 35 personas. Nos dijo que durante el ejercicio nadie podía levantarse de su lugar y mucho menos retirarse, seríamos dueños de 1 minuto, no más, no menos, para hablar de lo que quisiéramos sin que nadie nos pudiera interrumpir. Podíamos optar por quedarnos callados si queríamos y durante el minuto nadie podía decir nada. Con cronómetro en mano comenzó el primer minuto, el compañero titubeo, se disculpó por no saber que decir; llegó el segundo, habló de algo que no recuerdo y le sobró mucho tiempo, tiempo en el que todos teníamos la mirada puesta sobre el. El tercero, el cuarto, el quinto.....hasta que le tocó turno a Estela, la recuerdo muy bien por que cuando escuchó su nombre, comenzó a frotarse las manos como si quisiera quitarse el virus de la famosa Influenza, sudaba y temblaba, intentó articular palabra sin que de su boca saliera sonido alguno, era como si tuviera mucho que decir y tuviera que callarlo bajo amenaza, su minuto fue sufrido por todos e incomparable con su sufrimiento, al sentir la mirada expectante del grupo sobre ella, rompió en llanto. El minuto se convirtió en una e..t..e..r..n..i..d..a..d. Después, otros más y luego yo, elegí hablar de un tema impersonal, fue un episodio curioso de la I Guerra Mundial, desconocía a esas personas y no tenía ni idea de sus gustos, me sentí nerviosa unos momentos y terminé disfrutando mi turno.

Aquel hombre por el cual corría yo para no perder su clase me vino a la memoria gracias a ustedes. La razón es que MI QUERIDO AMIGO Oscar me invitó a asomar la nariz de vez en vez en el Blog y ahora como hace muchos años, tengo un momento para hablar de lo que yo quisiera, siempre y cundo lo quieran sus mercedes.

Mi nombre es Elena Rocío González Lojero y soy una mujer mexicana.

¿Cuál sería su tema si tuviera usted aquel minuto?

Rocío G. Lojero.

Comentarios

Oscar, las palabras de Rocio son muy prometedoras. Siempre una mujer tiene mucho que dar para enriquecer nuestro blog. Por mi parte bienvenida y estare feliz de compartir informacion y experiencias. Guillermo.

Claro que Rocío merece mis felicitaciones por su participación y adornar la presentación.

Hector Palafox

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