jueves, 28 de febrero de 2013

Anecdotario ESIME



De los más recordados Maestros, que son evocados por su capacidad

docente, por el cúmulo de conocimientos aportados, por su calidad humana

o por el rigor con que impartían su materia, se vienen a la mente una gama

de excelentes Ingenieros que nos dieron parte de su vida en las aulas de

Allende 38 o en los primeros Edificios que dieron servicio al alumnado en

la Unidad Profesional de Zacatenco, más por excelsitud de su personal

hidalguía, que por la rentabilidad del pago de las horas entregadas al tiempo

de la docencia. También evocaremos a condiscípulos de calidad excepcional.

El Ing. Mecánico Electricista y Lic. en Economía, Rulfo

Ortega Mata, además de culto políglota. también había sido

profesor de una pléyade muy grande de excelentes maestros.

Tenía fama de ser un disciplinado y puntualísimo maestro, nos

impartía la Cátedra de Mecánica de Fluidos (Hidráulica), en

1° de Ingeniería Mecánica y nos refería, que antes de llegar a

esperar la llegada del alumnado, ya había nadado (nos decía Él)

aproximadamente 2 kilómetros.

El aula era la primera entrando por la Calle de Belisario

Domínguez y se sentaba para esperarnos desde quince a veinte

minutos antes de las 7:00 horas. Se ponía a leer las noticias de su

periódico y suspendía su lectura sólo para vigilar que nadie osara

intentar el ingreso al salón de clases después de las 7 horas, 0

minutos y 0 segundos, según su reloj. Llegado este límite solicitaba

a alguno de los alumnos más cercanos a la puerta, que por favor la

emparejara, cerrara perfectamente y empujara el pasador superior

de la puerta para impedir la entrada de alumnos impuntuales.

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

ANECDOTARIO ESIME

Reportada la orden cumplida, doblaba el periódico y se iniciaba la

cátedra con un rigor casi militar.

Pero cuenta la leyenda estudiantil de finales de los años cuarenta

y principios de los años cincuenta del pasado siglo XX, que

siguiendo religiosamente este ritual establecido por el Maestro, en

una ocasión eligió aleatoriamente a un compañero de muy escasa

estatura, quién para cumplir a cabalidad la orden del Ing. y Lic.

sufrió, pues tuvo que brincar en forma sucesiva hasta que pudo

empujar el pasador superior de la puerta. Acto seguido, el alumno

se sentó en su lugar, esperando se diera inicio la exposición de

la Materia. Mas, para su sorpresa, se oyó retumbar la voz de Don

Rulfo Ortega Mata diciendo:

-Usted, el que cerró la puerta. Sí, usted, sálgase del salón.

-Pero, ¿Por qué maestro?

-¡Por chaparro!!!

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

ANECDOTARIO ESIME

El Ing. Armando Fuentes (mejor conocido, con todo cariño,

como “El Manitas”), en el año 1957, impartiendo la materia de

Dinámica de las Máquinas, para el Primer Grado de Ingeniería

Mecánica, percibió que un grupo pequeño de alumnos, en el centro

del salón de clases, además de no estar prestando la debida

atención a la exposición de su materia, estaban pasándose unas

copias mimeográficas y apenas contenían la risa.

Serio, el Ingeniero ordenó que le presentaran las hojas que tanta

hilaridad contenida provocaban.

Con más temor que aceptación a la orden, le entregaron las hojas.

Éstas eran las primeras que habían llegado desde Monterrey,

N. L. y que por iniciativa del gran filósofo popular y humorista

consagrado en las calles regiomontanas, Don Hermenegildo

Torres, les llamó Clasificación de los Pen lmazos, del P. U. P.

(Partido Único de Pen lmazos) “Partido” que había “fundado”.

Empezó a leer y se empezó a oír muy tenue y entre dientes:

-¡¡¡Ah jijos de la. . .!!!

-¡¡¡Me lleva la. . .!!!

-¡¡¡En la torre. . .!!!

Hasta que intrigado, uno de los compañeros le preguntó:

-Disculpe maestro, ¿Qué pasa?

-¡Estoy alarmado! En casi todas las clasificaciones me identifico. . .

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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otra

ocasión

cuando

todavía

ocupábamos

las

instalaciones de Allende # 38, en el lejano año del 1957 al entrar

en la mañana a clases, uno de nuestros excelentes amigos

y contemporáneos, (cuyo nombre no quiero indiscretamente

recordar), se quedó leyendo el pensamiento-lema, que se

encuentra aun inscrito en una placa conmemorativa de bronce en

la parte central del Cuadro de Honor de los egresados de cada

Generación; pensamiento inspirado por el Ing. Miguel Bernard,

maestro y fundador de nuestro Instituto Politécnico Nacional,

(placa que actualmente está entre los primeros Edificios de la

Unidad Profesional de Zacatenco) que a la letra bellamente dice:

“NADA TAN SATISFACTORIO COMO EL ÉXITO OBTENIDO

POR EL ESFUERZO PROPIO”.

Aparentemente meditando, expresó tenuemente y lamentando casi

para sus adentros:

-¡Caray! ¡Cómo se ve que este señorón, de estudiante, nunca

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

ANECDOTARIO ESIME

Un compañero de nuestra generación, cuyo nombre no

viene a la memoria, de simpatía singular y de rasgos anatómicos

poco armoniosos, cuando encontraba a algún condiscípulo en la

calle, (casi siempre de bastante mejor estampa que él), de una a

otra acera mandaba un fuerte grito que según él era de ánimo y

¡Ese feo!, ¡Sí, Tú, ‘che feo!, ¡No te acomplejes feo, échale

ganas! Y seguía muy horondo, satisfecho de haber hecho una

En una ocasión del año 1954, en la Vocacional N° 2,

cuando estaba dando su clase de Cálculo Integral y Diferencial,

el Arquitecto Vicente Echeverría del Prado, que como buen

producto de la educación religiosa que había recibido, era

recalcitrante conservador y le tenía una fobia furibunda a toda

posición ideológica de izquierda, aún cuando le tenía una gran

estimación a Valentina Campa, hija de Valentín Campa Salazar,

destacado y respetado dirigente del Partido Comunista Mexicano

y Valentina de la Juventud Comunista.

Poniéndose esa vez en plan filosófico y adivinatorio, comentó

que debíamos prepararnos muy bien en lo profesional y con

cierta tristeza, estando en el aula Valentina Campa, muy serio

dijo que el futuro de México era negro, por lo que se estaba

viviendo a la mitad de los años ’50 del pasado Siglo XX, pues

estaríamos gobernados, en los años venideros, por dirigentes

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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Jotos, Comunistas o, lo más seguro, por unos Joto-Comunistas.

Estando hospedado el suscrito, por razones de comisión

de trabajo, en Guadalajara, en un céntrico hotel, Jorge Luis Tovar

y Vera, al ir a tomar el elevador para subir a desayunar e iniciar

su comisión laboral, se encontró de frente al Arquitecto Vicente

Echeverría del Prado, (magnífico matemático, melómano de

música culta, además de poeta, principalmente sonetista, de

excelente léxico) y después de identificarse como su ex discípulo

18 años atrás en la Vocacional Número 2 y además hijo de su

ex alumno del Instituto Técnico Industrial, Jorge Luis Tovar

Romero, a la hora de despedirse y después de expresarle la

alegría de haberlo saludado y encontrado tan bien, física e

intelectualmente, como cuando nos daba clases de Matemáticas

Superiores (Cálculo Integral y Diferencial).

Pero, con su tradicional humor que le caracterizaba, se puso serio

¿Oiga Tovar, que ya desde entonces estaba yo tan jo…robado?

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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En otra ocasión, también al Allende # 38, en una

mañana iba saliendo de exponer su cátedra, el entonces Capitán

Primero del Ejército Mexicano en el Arma de Transportes,

________Betancourt, que como excelente Matemático, impartía

Matemáticas Superiores en el Primer año de la Carrera de

Ingeniería Mecánica. Siempre impecablemente vestido con su

uniforme militar, recto como árbol de Pino; pero aquella mañana

era una ocasión excepcional. Había entrado a las instalaciones

de la ESIME una señora mendicante que normalmente solicitaba

la caridad popular en los camiones urbanos. Se subía haciendo

gesticulaciones y recitando algunos poemas trillados de los poetas

nacionales más conocidos.

Para desgracia del Maestro, detectó uno de nuestros compañeros

de Generación esta coincidencia y le ofreció a la pedigüeña la

fabulosa cantidad, para ese entonces, de cinco pesos si le daba un

beso al Maestro. Ni tarda ni perezosa, vio descuidado al Capitán y

le plantó un besote en la comisura de los labios, pero dejando un

embarradero de lápiz labial corriente, de tal intensidad, que tuvo

que regresarse a uno de los baños para liberarse de las huellas de

aquel atrevimiento.

Afortunadamente nuestro Maestro nunca supo quién había sido el

bromista que provocó tal atrevimiento.

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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Ya en las instalaciones de Zacatenco, cuando distribuyeron

los horarios de las diferentes Carreras y Grados, tuvieron que

acondicionarse éstos a las posibilidades de nuestros diferentes

Catedráticos, teniendo el alumnado que ajustarse a clases en

la mañana y en las tardes, pero con huecos de inactividad y

asistencia a horas muy incómodas. Se iniciaban las clases a las

7:00 en la mañana y a las 15:45 horas en la tarde.

Pues en una de esas tardes pesadas de fines de Primavera o

inicios de Verano, con un calor sofocante, estábamos en el Primer

Edificio de la Unidad Profesional; cuando queriéndose liberar

de los excesos de producción gaseosa de la comida, uno de los

compañeros pensó que podía deshacerse en forma discreta, para

que ni condiscípulos ni Maestro se diesen cuenta.

Fue resbalándose en el pupitre hacia el frente y apretando los

esfínteres, creyó que el flujo gaseoso iba a responder a sus

deseos, pero, para su desgracia, había logrado formar con su

cuerpo y el asiento del pupitre, una bocina que incrementó el ruido

del desalojo, para espanto de alumnos y Maestro, mas el causante

de aquel estruendo, con pasmosa sangre fría, se volteó hacia los

asientos posteriores y les “reclamó” con fuerte voz:¡Cochinos!!!...

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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Por muchos días y meses después, nadie supimos quién había

sido el causante de aquella desastrosa tarde.

de

Jesús

Monjardín

López,

entrañable

compañero que terminó la Carrera de Ingeniería Mecánica en

nuestra Generación, después de haber sido jugador de Futbol

Americano en la época de Carlos Yapur, Óscar Harper, “el Cácaro”

Mendiola, Omar Fierro y otros recordados héroes del emparrillado;

que por haber osado participar en la política estudiantil, siendo

estudiante de Primer Grado, le fueron eliminados sus derechos

Como era ya entonces muy difícil encontrar un trabajo industrial

que le permitiera sostenerse digna y honradamente, ya estando

casado y teniendo dos varoncitos de descendencia, para poder

regresar a las aulas y concluir la Carrera de Ingeniería Mecánica,

se metió a trabajar de taxista, pagando la “Cuenta” diaria al

propietario de la unidad. El auto que manejaba era uno de los de

color verde que en la parte media tenía una franja de triángulos

negros y blancos, por lo que los habitantes del Distrito Federal les

llamaban “Los Cocodrilos”.

Como buen itzmeño de Salina Cruz, Oax. tenía (y tiene) un

excelente humor y aguante, razón por la cual en una ocasión, sin

tomar en cuenta los fornidos bíceps de Andrés de Jesús, le gritó

-¡Ese mi cocodrilo!; a lo que ni tardo ni perezoso le respondió:

-¡Ah, me lo dices porque manejo el taxi verde! ¿Verdad?

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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– A lo que el otro salvaje le aclaró:

-¡No, te lo digo por lo bocón!!!

Y acto seguido se soltó una sonora carcajada, a coro, de los que

estaban escuchando la broma. . .

10.Otro entrañable condiscípulo, que nos acompañó sólo unos años

en la Carrera, fue César Martínez Garza, orgulloso regiomontano

que llegó al Distrito Federal para realizar sus sueños y alcanzar

sus metas de superación personal y familiar. Cuando lo conocimos

fuimos compañeros en el Segundo de Vocacional, en la “Voca # 2”.

Era dueño de una potente voz de Bajo, pero Bajo “profundo”, alto

de estatura (más de 1.80 m) de tez blanca y nariz aguileña y con un

excelente sentido del humor, siempre optimista, aun cuando carecía

de la mano izquierda, que debió haber perdido desde muy temprana

edad, pues su antebrazo, bíceps y tríceps, eran poco desarrollados.

Ya en la Vocacional estaba casado y (por lo menos) tenía un retoño

por lo que “le sudaba el copete” para hacerse de recursos y llevar el

sustento para su casa. Increíblemente luchón, aun cuando dibujaba

con una excelente velocidad y calidad; en su domicilio tenía un

restirador grande que le servía de escritorio y biblioteca. Cuando no

tenía suficiente trabajo como dibujante, se presentaba en el Palacio

de las Bellas Artes del D. F. para integrarse al Coro de Bellas Artes

y obtener mayores recursos.

Uno de sus sueños, desde que empezó a tener contacto con la

Buena Música, fue el llegar a tocar el Violín, por lo cual, cuando

tuvimos el honor de conocerlo, ya tenía un rústico y complicado

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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aditamento que se enfundaba en el delgado antebrazo izquierdo y en

el extremo opuesto estaba fijado el arco del violín, pero no le dejaba

satisfecho, pues el arco estaba demasiado rígido.

modificando

y

mejorando

sus

primeros

intentos

de

Aditamento para tocar Violín para mano izquierda que integrara el

movimiento de flotación o “muñequeo” que los músicos diestros dan a

su mano derecha, pisando las cuerdas César con la mano derecha.

Como seguía teniendo contactos con las Autoridades y Maestros del

Palacio de las Bellas Artes, en el año de 1956 mostró sus adelantos

como violinista minusválido en un Concierto en el que se invitó a

todo el Cuerpo Diplomático acreditado en México, para que fuesen

testigos de lo que la iniciativa y tenacidad había logrado en el ámbito

musical. Dentro de los Diplomáticos asistente estuvo el Embajador

de los EE. UU. de Norteamérica, Mr. Robert C. Hill, quien impactado

por nuestro compañero, le ofreció una Beca para estudiar fabricación

de Aparatos Ortopédicos en su País, en Oakland, California, donde

se encontraban las principales instalaciones norteamericanas, para la

rehabilitación de inválidos civiles y de lesionados por la guerra.

César Martínez Garza regresó en 1958 a México, pero ya no se

integró para terminar la Carrera de Ingeniería Mecánica pues el

principal accionista del periódico Novedades, destacado industrial

y reconocido filántropo Don Rómulo O’Farril Silva, que en un

accidente automovilístico había perdido una pierna; por su iniciativa

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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y aportaciones económicas, ese año inauguraban las Operaciones

el Instituto Mexicano de Rehabilitación. Don Rómulo le propuso

a César que se hiciese cargo de la Jefatura de la Primera Sección,

que se encargaría de Rehabilitación de Órganos Superiores (Brazos,

Antebrazos y Manos).

Después de estas acciones le perdimos la pista a César, aun cuando

supimos que con algunos alumnos rehabilitados, organizó un Grupo

Fabricante de Aparatos Ortopédicos.

(GASTRONÓMICA)

11.Un condiscípulo que grabó para siempre su presencia en muchos de

nosotros fue Sergio Hernández Lozana. Llegado a nuestro suelo

por la angustiosa situación que prevaleció en España el segundo

tercio del siglo XX, por la llegada al poder de Francisco Franco que

de un Gobierno demócrata y republicano, transformó en fascista con

el apoyo de los nazis alemanes, fascistas italianos y demócratas

Orgulloso ibérico siempre, y aunque llegó a México aproximadamente

a los 12 años amó a nuestra Patria, a su Historia, su Arqueología, su

Cultura, su Gastronomía y su gente. Tanto así, que se casó con una

paisana estudiante de Economía y militante de un Partido político de

izquierda radical (que en aquellos años seguía estando fuera de la

ley y su membresía se constituía con una pléyade de soñadores).

Para corresponder al afecto, como para estudiar una materia del

cuarto año de Ingeniería Mecánica, me invitó a comer a su recién

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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inaugurado hogar a mediados del año ‘60. Sorpresivamente, cuando

estábamos en la sobremesa comentó su momentáneo disgusto

cuando, al ser revisado por un gastroenterólogo por las molestias

frecuentes que padecía; éste le dijo a Sergio que estaba padeciendo

de una úlcera duodenal y que debía cuidar su ingesta alimenticia.

La primera reacción fue de protesta y enojo contra todos los

mexicanos que primeramente, por no acostumbrar comer los platillos

de nuestra cocina, le decían zacatón, maricón, gachupín de porquería

y una cauda de insultos que, primeramente soportó y después le

hicieron degustar con placer todas las variadas delicias culinarias

de nuestra patria. Tanto, que ya no le era placentero comer sin una

buena salsa picante, de cualesquier chile producto de nuestro suelo.

Luego de oír las protestas e insultos que le salían del fondo de su

alma hispana, el médico lo dejó calmarse y le preguntó:

-¿Quién le dijo que ya no podías comer ningún tipo de picante?

Lo que sí tiene prohibidísimo, es consumir chile chilpotle, de árbol,

jalapeño, serrano, puya, piquín, chilpaya (variedad parecida al

chile piquín), el morita y los de sabor fuerte y agresivo, pero puede

cambiarlos por los chiles habanero o chiles manzano.

-¡Oiga médico, usted me quiere matar! Si estos chiles pican más

intensamente que la mayoría de los que me está prohibiendo.

-Sí, tiene razón, estos chiles permitidos, tienen un sabor fuerte, pero

solo influyen y agreden a las glándulas gustativas de la boca, no

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

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agreden a las paredes del estómago, por lo tanto, no le lastimarán

la úlcera que ya tiene que cuidar. . .

Después de haber perdido a la nenita primogénita del matrimonio, se

inició una época de nerviosismo y frecuentes fricciones maritales que,

desgraciadamente, terminaron en rompimiento total, vino el divorcio y

Sergio regresó a España y le perdimos totalmente la pista. . .

Ing. Jorge Luis Tovar y Vera, MECÁNICO (ESIME 57 – 60 “VALENTÍN VENEGAS RUIZ”)

Opiniones y Comentarios

Oskar, gracias por reanudar tus esfuerzos para mantenernos unidos a través del blog y tambien a Jorge Tovar por participar, les mando un saludo muy afectuoso.
 Guillermo.
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Estimado Oscar:

Yo si lo lei, muchas gracias.

Como una anectoda, en 1955, en la Vocacional 2, el Manitas fue mi maestro, lo apreciamos muchisimo por su gran capacidad como maestro y el dominio que tenia en sus conocimientos como ingeniero.

El Manitas llegaba a la Vocacional en un Fiat Topolino, y en una ocasion despues de la clase y sin que el se diera cuenta, entre varios, subimos su Topolino al segundo piso de la Vocacinal, al pasillo frente al restaurante.

El manitas se moria de la risa por la broma.

Por cierto, no encuentro mis datos en la lista de los muchochos en el blog.

Te mando un abrazo.

Ricardo Calderon de la Torre

Respuesta del Editor:
Tu correo ellectrónico está en la columna de la izquierda del blog, en la lista de los de la generación  57-60, después de Oscar Nava Frias y antes de Roberto Ek Cuevas
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Hermosos recuerdos de nuestra época de estudiantes, en el INSTITUTO POLITECNICO. que relata el Ing. José Luis Tovar , en nuestra gloriosa escuela la E.S.I.M.E.  Aquellos inolvidables años de estudiantes, El inolvidable grancatedrático, de calculo el MANITAS , el año pasado se nos adelanto, gran MAESTRO, se le recuerda con mucho cariño ha pesar de como nos hizo sufrir.
 
SALUDOS..............
JESÚS
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